La situación es bastante común. Tienes ante ti dos vinos con la etiqueta tapada, pero sólo puedes abrir y disfrutar de uno de ellos: una de las botellas está cerrada con el tradicional tapón de corcho; la otra, con un tapón de rosca. ¿Cuál elegirías?
Esto es una decisión muy personal, que abarca muchas situaciones, pero la mayoría, manifiestamente, opta por la botella cerrada con el tapón de corcho. Pero, ¿por qué?
Tapón de corcho o de rosca
Los tradicionalistas afirman que el corcho permite que el vino envejezca adecuadamente; al fin y al cabo, los corchos llevan siglos preservando la calidad de los vinos. El argumento: el corcho permite que el oxígeno entre lentamente en la botella a través de microporos, ayudando no sólo a conservar el vino, sino también a “redondearlo”. Por lo tanto, el corcho es fundamental para el envejecimiento de la bebida en cuestión.
¿Tienen razón? Sí, pero eso no significa que el corcho sea mejor que los tapones de rosca. Muchas personas creen que los tapones de rosca se utilizan para precintar botellas de vinos de calidad inferior, con el paso del tiempo y las nuevas tecnologías esta idea ha ido cambiando, y se ha descubierto que los tapones de rosca, entre otras muchas ventajas, evitan, por ejemplo, la oxidación del vino, mientras que los corcnos, que permiten la entrada de oxígeno, son más propensos a acelerar el proceso de oxidación de la bebida.
Otra ventaja: los tapones de rosca permiten guardar las botellas en posición vertical, ya que no es necesario humedecer los tapones metálicos con el líquido para evitar que se sequen. Los tapones de rosca también reducen drásticamente el riesgo de que un vino se convierta en bouchonné, es decir, que adquiera un aroma similar al del moho o al cartón mojado, un defecto que sólo puede identificarse tras abrir la botella y que tiene su origen, en la mayoría de los casos, en el tapón de corcho.
El riesgo no se elimina por completo, ya que este problema también puede ser causado, con una contenga fenoles y que entre en contacto con una fuente de cloro, como el corcho, las barricas de roble y el propio vino.
El ritual
Otra ventaja que ofrece el tapón de rosca es la practicidad de abrirlo cuando no tenemos un sacacorchos cerca. Aun así, hay quienes no renuncian al corcho porque argumentan que nada sustituye el encanto del característico chasquido del tapón al abrir la botella, provocando sensaciones que van más allá del sabor del vino.
En este caso, aceptamos este argumento, porque se trata de una elección personal, y no meramente técnica. La propia ciencia ha demostrado el carácter personal de la preferencia por el tapón de corcho. En 2004, un estudio realizado por la Universidad Estatal de Oregón, en Estados Unidos, reveló que, independientemente de que los participantes hubieran optado por una botella tapada con tapones tradicionales, la mayoría era incapaz de distinguir en una prueba a ciegas cuál de los vinos estaba cerrado con corcho o con metal.
Se concluyó que el sonido, la vista, el tacto y los aromas, entre otros elementos, alteran la percepción del sabor de un vino. De esta manera, la calidad de un vino no viene determinada por el material del tapón. Esta elección tiene mucho más que ver con el estilo del vino que con su calidad.
Es cierto que los productores tienden a utilizar tapones de corcho para sus principales etiquetas, pero por una razón elemental: muchas de ellas tardan años en ablandarse y ganar complejidad y el corcho conservará mejor su calidad con el paso del tiempo, gracias a la microoxigenación.
No es de extrañar que los productores de países como Australia y Nueva Zelanda, que producen vinos formidables, cierren las botellas con tapón de rosca, ya que deben consumirse en el punto álgido de su juventud y suculencia.
La lección que queda, por tanto, es la siguiente: a la hora de elegir un vino, tenga en cuenta la experiencia que quieres vivir, si con ejemplares para estar en la cava o para consumo inmediato; si prefiere sorprenderse o rescatar su memoria afectiva. En pocas palabras, debe pensar en los factores del proceso de vinifi cación que conducen a la elección del proceso de sellado. Porque el tapón de corcho o la tapa de rosca no defi nen aisladamente la calidad de un vino.