Cuando se trata de vino, la expresión Nuevo Mundo va mucho más allá de las Américas: se extiende a los países productores ubicados fuera de Europa, responsables de un estilo de elaboración innovador, marcado por el uso de tecnología y prácticas más flexibles que las empleadas en el Viejo Continente.
En estas regiones del planeta, las bodegas más antiguas fueron fundadas por colonizadores europeos, que trajeron consigo conocimientos y tradición en el cultivo de la vid y en el proceso de elaboración del vino. E incluso con la elevada inversión en técnicas modernas de vinificación, este legado se conserva en la arquitectura histórica de las bodegas, custodiada por los actuales productores, que no renuncian a valorar la herencia que atravesó generaciones.
El resultado combina lo mejor de ambos mundos y ofrece increíbles recorridos por el interior de las propiedades, que datan de siglos atrás.
Conozca algunas de estas bodegas y prepárese para explorarlas en sus próximos viajes.
Paarl, África do Sul
Una de las bodegas más antiguas y galardonadas de Sudáfrica, Nederburg, fundada en 1791, ofrece su Tour & Tasting para quienes visiten el lugar, a menos de 60 kilómetros de Ciudad del Cabo. Esta es una oportunidad para recorrer el museo de la antigua bodega y dejarse impresionar por los hermosos jardines y el paisaje de fondo, marcado por la increíble formación montañosa Drakenstein.
El punto culminante de la visita es la Manor House, la casa principal, construida en 1800 en el centrode la bodega y hoy monumento nacional. Toda decorada con muebles antiguos, la propiedad alberga el restaurante Red Table, con un menú que destaca los ingredientes locales y presta su nombre a algunos de los vinos que ahí se producen.
Al final de la visita, te comendamos probar las etiquetas de renombre que pertenecen a la casa, bajo la orientación de tu guía. Nederburg también organiza maridajes de vinos blancos y tintos con cuatro u ocho variedades de queso de cabra.
Nova York, Estados Unidos
Inaugurada en 1839 (menos de 70 años después de la fundación de Estados Unidos), Brotherhood es considerada la bodega en funcionamiento más antigua del país. Está situada en Washingtonville, en el estado de Nueva York, a unos 90 kilómetros de Manhattan
La visita no incluye un recorrido por los viñedos, que están repartidos por toda la región, en el valle del Hudson y otros lugares del país. Pero sí incluye una visita a las bodegas subterráneas, que empezaron a excavarse a mano a finales del siglo XIX -hoy las más extensas de Estados Unidos — y que albergan más de 200 barricas de roble.
Aquí es donde los visitantes conocen la historia del lugar desde la época del primer productor -el inmigrante hugonote francés Jean Jaques-, con pasajes como el periodo de la Ley Seca (1920-1933), cuando Brotherhood sobrevivió gracias a la producción de vinos para misas y celebraciones católicas.
Desde su fundación, la bodega ha cambiado de manos unas cuantas veces. En 1987, pasó a ser propiedad de un grupo de inversores chilenos, con un equipo dirigido por el enólogo César Baeza. El gran final de la visita incluye una degustación de uno de los vinos de la casa y una copa de recuerdo de Brotherhood.
Mendoza, Argentina
A menos de 20 kilómetros del centro de Mendoza, en la comuna de Maipú, se encuentra la bodega Trapiche, una de las mayores exportadoras de vino de Argentina.
Fundada en 1883 por Tiburcio Benegas, fue una de las primeras en aparecer en la región. Es posible ver allí las vías del tren que conducen a la capital, Buenos Aires. El edificio renacentista, construido en 1912, es uno de los símbolos de la arquitectura bodeguera del país. El edificio permanece bien conservado, incluso con las adaptaciones realizadas para albergar tecnología de punta.
Reconocida por la publicación británica Drinks International como la bodega argentina más admirada del mundo, Trapiche fue pionera en la introducción de variedades de uva francesas en Argentina y en la importación de barricas de roble de la misma nacionalidad. La visita básica, que también incluye los viñedos y el museo local, acompaña la degustación de tres vinos al final del recorrido que dura en promedio 1h15.
El restaurante de la bodega, Espacio Trapiche, valora la sostenibilidad y utiliza productos locales, ofreciendo un menú de tres o siete pasos que incluyen evidentemente un vino de producción local.
Valle del Maipo, Chile
Además de paseos en bicicleta y picnics, Viña Santa Rita, en Alto Jahuel, ofrece seis tipos de tours. Todos pasan por los viñedos, pero la curiosidad es la importancia del lugar para la producción de vino en Chile. Fundada en 1880, es la bodega más antigua del país.
Antes de su fundación, a principios del siglo XVII, Doña Paula Jaraquemada, dueña de la casa principal de la Hacienda Santa Rita (que forma parte de la visita guiada), dio cobijo a 120 soldados que lucharon por la independencia de Chile.
Otra historia que cuentan los guías es que fue aquí donde se redescubrió la uva Carménère. La variedad había desaparecido de su país de origen, Francia, después de que la filoxera devastara los viñedos europeos en 1860. Más de cien años después, en1994, el francés Jean-Michel Boursiquot – el ampelógrafo más famosode nuestro tiempo- paseaba por lasplantaciones del grupo Santa Ritacuando se dio cuenta de que lasuvas allí plantadas como si fueran Merlot eran, en realidad, Carménère.
El recorrido incluye una visita a lalínea de producción de vino local.Junto a la capilla de la bodega, elencantador hotel Casa Real dispone de 16 confortables habitacionespara quienes deseen prolongar suestancia en Santa Rita.
Barossa Valley, Australia
Al entrar en la web de la vinícola australiana Yalumba, fundada en 1849, se recibe una buena noticia: después de 168 años, la bodega abresus puertas y comparte con los visitantes su colección de vinos finos, los cuales han sido reconocidos con algunos de los premios más importantes del país. La propuesta incluye diferentes tipos de recorridos, desde visitar los viñedos y realizar catas, hasta recorrer la bodega subterránea en visitas autoguiadas.
En la sala de catas, que en su día fue una tienda de coñac, los visitantes reciben información sobre la finca y su fundador, el cervecero británico Samuel Smith. Además, Yalumba se distingue de otras bodegas por producir sus propias barricas, lo que permite un control total sobre la calidad del roble en el que los vinos envejecen. Durante la semana, es posible observar a los toneleros en acción en un taller construido en el siglo XIX.
Hawke’s Bay, Nueva Zelanda
Visitar Mission Estate Winery en las colinas de Taradale, rodeada de hermosos jardines, es sumergirse en la historia del vino neozelandés. Es la bodega más antigua de Nueva Zelanda, fundada por misioneros franceses en 1851 en Hawke’s Bay, una de las regiones más secas y calurosas del país. La visita a la bodega es muy informativa y destaca el edificio restaurado del seminario (con fotografías e imágenes que documentan la historia de las misiones) y la bodega subterránea.
La visita a la vinícola concluye con una degustación de vinos y, si se desea, se puede disfrutar de una comida o cena en el restaurante del lugar. El restaurante cuenta con una terraza que ofrece preciosas vistas de los viñedos y propone platos contemporáneos con influencias gastronómicas europeas. Si se busca un alojamiento de lujo, a tan solo cinco minutos a pie se encuentra La Masía, una casa de estilo rural francés con tres suites ubicada en medio de un viñedo.
La experiencia es tan encantadora que probablemente no querrás marcharte.